Todo empezaba en el concesionario Yamaha de Luis Contreras en Almería, ya se palpaban las ganas e ilusión de esta extraordinaria aventura.

Primero quiero agradecer la profesionalidad de nuestros agentes receptivos Said Anaam y Hamid Noughou, así como los guías locales Hassam y Rachid, su asistencia complementaria hace que nuestro viaje sea más seguro y enriquecedor.

Desde el cruce de culturas de la ciudad de Tánger, la elegancia histórica de Rabat hasta la modernidad cosmopolita de Casablanca, este primer sector del viaje nos sorprendía también por su encanto marítimo con sus pueblecitos de tradición pesquera.

El tercer día cambiamos totalmente de paisaje, dirigiéndonos hacia las imponentes cumbres del atlas, haciendo parada en Marrakech, para sumergirnos con Hassam en su vibrante zoco y grandiosa medina. 

A la mañana siguiente nos espera una larga jornada para conocer los espectaculares cañones esculpidos por el río Dades y los enormes desfiladeros del río Todra. Este día nos sorprendió gratamente un bello refugio gastronómico dentro del corazón del Atlas, un oasis con piscina adornada con elegantes arcos, allí descansamos y recuperamos fuerzas.

Continuamos hacia el sur, con obligada parada en una maravilla desértica de la naturaleza “Gara Medouar” o también conocida como la “Cárcel Portuguesa”, dónde nuestros viajeros aventureros demostraron su habilidad y destreza para superar los obstáculos de piedras y arena.

Seguimos hacia el sur con destino a las dunas doradas del Erg Chebbi donde pasamos noche en un campamento de lujo, con la suerte de que el viento de los días previos y posteriores a nuestra estancia nos diera una tregua para disfrutar de la serenidad del desierto, una experiencia inolvidable bajo el vasto cielo estrellado del Sahara.

Últimas etapas del viaje, con rumbo al norte. Algunos tramos de enlace a través del medio atlas nos llevaron a visitar el parque natural de Ifrán, conocidos por su cedros gigantes, testigos centenarios de la grandeza natural, habitados por los juguetones y traviesos monos que le dan un encanto especial al paisaje.

La noche previa al embarque en Nador la pasamos en Fez, una majestuosa ciudad imperial con sus laberínticas callejuelas y su impactante arquitectura medieval, un tesoro cultural que cautiva con su historia, sus centenarias mezquitas y su bullicioso zoco, nuestra ruta guiada por Rachid no transportó a tiempos pasados de esplendor y tradición.

Un viaje fantástico, donde cabe destacar el soberbio talante viajero del grupo, que en todo momento supieron mantener una perfecta armonía a lo largo de esta épica travesía, por todo el país de Marruecos.

Gracias a Mª Carmen y Alberto por su apoyo incondicional en todo momento, a Sandra por su toque rebelde y visión fotográfica, a Antonio Hernández por liderar el grupo con sus conocimientos de navegación, a Maite por su energía y fuerza inagotable, al Sr. Ureña por su espíritu chispeante y su arsenal de anécdotas y chistes, a Yolanda y Sergio, por superar este difícil reto siempre con una sonrisa y saber estar, a Paco Garzón y los hermanos Yebra, Antonio y Rafa, auténticos motoristas intrépidos, desafiando los límites con valentía y determinación, a Carmina, un rayo de sol con un corazón de oro y a Mateo, que a pesar de su serio temperamento encajó como una pieza más del puzzle.

Volveremos a esta Tierra de contrastes y encantos…hasta pronto.

JFOrta.

 

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